13 de abril de 2011

¡Itu, Itu!

Cual asistencia debajo del aro, la semana pasada llegó a mis manos la autobiografía de Juanma Iturriaga titulada “Antes de que se me olvide” (Ediciones Turpial). Para alguien que vivió la década de los 80 entre el corralito, el parvulario y los bocadillos de Nocilla, Iturriaga es algo así como una representación humana de la época dorada que el baloncesto vivió en España en aquellos años.  Su carácter, su forma de moverse en la cancha y, por supuesto, su barba lo identificaban como un jugador distinto y especial. Personalmente, me despertaba muchas simpatías, aunque tras la lectura de su libro he descubierto que no todo el mundo era de la misma opinión.

Para los más jóvenes, Iturriaga es un periodista y un -digno- personaje televisivo que convirtió su animadversión por los medios de comunicación en su forma de vida tras una temprana retirada a los 31 años.  Como pasa con Fernando Romay, muchos no pueden imaginarse a Itu con pantalones cortos (cortísimos) sumando títulos con el Real Madrid y la Selección Española para conformar un palmarés al alcance de muy pocos jugadores europeos.

Los amantes del deporte de la canasta encontrarán en su libro el resumen de una era gloriosa de nuestro baloncesto sin la que no habrían sido posibles los éxitos a los que hoy en día estamos tan acostumbrados. Eran otros tiempos, otra España y otra forma de entender el deporte, pero el objetivo seguía siendo el mismo: ganar. Nombres como los de Tkachenko, Petrovic, Epi o Fernando Martín desfilan por las páginas porque fueron protagonistas de una década mágica y también de la vida del propio Iturriaga. Una vida que muchos habríamos deseado pero que, como todas, ha tenido sus claros y sus sombras.

A pesar de que el baloncesto y el buen humor forman la columna vertebral de esta autobiografía, Iturriaga no pasa por alto en su balance otras etapas de su vida, incluidas las más dramáticas. Sin convertirse en una obra de autoayuda, “Antes de que se me olvide” deja un buen puñado de consejos a modo de aviso para navegantes. Todos debemos pasar antes o después por la pérdida de seres queridos y por desengaños que la vida nos pone delante sin previo aviso. Con el medio siglo de vida ya superado, el ex jugador nos da motivos para el optimismo.

Por buscarle algún defecto al libro y seguir alimentando el “alien” que tantas veces atosiga al bueno de Itu, hay que decir que se echan en falta fotos que ayuden a ilustrar un poco mejor sus vivencias, especialmente a quienes no tienen en la memoria su etapa como jugador. Que pase por alto su mítico anuncio de la cuajada Danone es totalmente inadmisible, pero le perdonaremos por el puñado de grandes anécdotas que nos ha regalado y porque es de Bilbao.



PD: No dejéis de leer a Iturriaga en "El Blog del Palomero"



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