18 de enero de 2013

Cuando Grateful Dead patrocinó (y vistió) a Lituania




La selección lituana de 1992, en una pausa de su viaje psicodélico, con la equipación de Grateful Dead.

Visionando el estupendo documental The Other DreamTeam (2012) he recordado un póster algo macarra que presidió la puerta de mi habitación durante gran parte de mi adolescencia y que aún debe permanecer enrollado en algún lugar indeterminado de mi hogar familiar. En él aparecía una ilustración extremadamente colorista en la que un esqueleto con el uniforme de la selección lituana realizaba un contundente mate. Sinceramente, no me parecía bonito entonces y me parece horrible ahora, pero tenía que haber algo que lo hacía suficientemente especial para que lo exhibiera en mi cuarto junto a Claudia Schiffer, Shawn Kemp y Terminator.

Nos situamos en 1992. Lituania vive una larga resaca tras celebrar su independencia de la ya extinta Unión Soviética y acaba de darse cuenta de que en el camino hacia  la libertad se ha quedado prácticamente arruinada. Un gran inconveniente a la hora de financiar a los deportistas que han de competir ese mismo año en los Juegos Olímpicos de Barcelona y, en especial, a los representantes de su deporte nacional, el baloncesto. Con los ya consagrados Sabonis, Kurtinaitis, Homicius y el joven Karnisovas en sus filas, el equipo dirigido por Vladas Garastas tenía todas las papeletas para luchar por una medalla que no fuera la de oro, ya adjudicada al equipo estadounidense con su Dream Team original e irrepetible. Pero lo primero era lo primero y antes de jugar había que conseguir el dinero necesario para cubrir las necesidades básicas del equipo y poder viajar a Barcelona.

La ilustración de Greg Speirs hecha camiseta.
En esas estaba el escolta Sarunas Marciulonis, que en aquella época militaba en los Golden State Warriors y ya se había convertido en uno de los primeros europeos en hacerse un nombre en la NBA. Su búsqueda de un patrocinador para el combinado nacional encontró un curioso e inesperado apoyo en los Grateful Dead.  Los miembros de la legendaria banda psicodélica de San Francisco pensaron que unas de sus típicas camisetas desteñidas diseñadas por Greg Speirs para la ocasión podrían proveer de fondos a los necesitados lituanos.
La camiseta tuvo un éxito de inmediato en EE.UU. y su diseño rápidamente fue importado a posters y demás mercadotecnia antes de convertirse en el uniforme oficial de la selección lituana, que lució orgullosa la colorista propuesta de su patrocinador. Una ropa que puede producir los efectos de un viaje de LSD y que el equipo también vistió en el podio del Pabellón Olímpico de Badalona, cuando recibió una medalla bronce que sabía a oro. No en vano,  los lituanos habían caído en las semifinales frente al invencible Dream Team y derrotar en la lucha por la tercera plaza a Rusia (CEI en aquel momento) con todo el significado político que esa victoria podía tener.

Seguramente Jerry Garcia celebró en San Francisco aquel triunfo junto a sus compañeros de Grateful Dead pero no por los beneficios económicos que el diseño cedido por la banda iba a seguir generando durante gran parte de los 90, sino por pura simpatía hacia Marciulonis y sus compañeros. De hecho, tras financiar al equipo en Barcelona 92, Greg Speirs decidió donar todo el dinero obtenido a través de su Slam Dunk Skeleton a los niños sin recursos del país báltico.  

Por cierto, mi póster no está en venta.

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