15 de junio de 2011

Summertime

Ron Ron recibe una refrescante asistencia.

Veo a Ron Artest de fiesta en fiesta y de piscina en piscina. Veo a Dwight Howard entrenando con Hakeem Olajuwon y preparando su visita promocional a Madrid. Veo a Shaquille O’neal anunciando su retirada en Twitter. También veo a Steve Nash en todas partes y siempre sonriendo… Ah, sí, y veo a los Dallas Mavericks como campeones de la NBA y al Regal FC Barcelona como ídem de la Liga ACB.  Definitivamente, estamos en verano.

Y es que, aunque aún quedan algunos días para entrar oficialmente en periodo estival, ha llegado la hora de cambiar nuestro chip baloncestístico para empezar a pensar en clave veraniega. Esto significa que podemos ponernos ya el pantalón corto, unas zapatillas bien frescas –las chanclas para la playa, por favor- y las gafas de sol para empezar a pensar en el Draft, los fichajes para la próxima temporada, los campeonatos continentales y los training camps.

Poco puedo aportar por aquí a todo lo que se ha escrito sobre lo sucedido en los últimos días. Los Mavericks han sido justos vencedores y Dirk Nowitzki el merecido héroe de la hazaña del equipo tejano. Ver a un equipo tan unido y con una relación tan estrecha y cooperativa entre sus componentes, solo puede emocionar al buen aficionado. Enhorabuena, Mark Cuban.

Mirando a los derrotados, conviene recordar que en EE.UU. y en España somos expertos en bajar a los ídolos de su pedestal agarrándolos por los pelos. No creo que LeBron James fuera el salvador del mundo hace dos semanas y tampoco pienso que ahora sea el mayor perdedor sobre la faz del planeta. Miami Heat vendió mal su equipo de estrellas desde el principio y la aversión generada ante tal estrategia de marketing ha terminado por volverse en su contra.  
Esperemos para ver cómo cicatriza la herida en el equipo de Florida y si la amarga derrota sirve de motivación para la próxima campaña o, por el contrario, termina por destruir un proyecto tan arriesgado como costoso. Pase lo que pase, LeBron tendrá su anillo antes o después, no lo duden.

En España, la final de la Liga ACB nos deja la victoria del incontestable (dentro de nuestras fronteras) Regal FC Barcelona, la entrega del luchador Bilbao Basket en perfecta comunión con su afición y el que puede haber sido el último partido de Ricky Rubio con la camiseta blaugrana. Viendo su última temporada, puede que, por encima de madurar en la NBA a sus 20 años, esté la necesidad de recuperar el amor por el juego y la confianza en sus posibilidades. Minnesota puede ser el lugar apropiado para hacerlo.

Por cierto, lamento mucho haber dejado de actualizar regularmente este mi querido blog. Estudios y revoluciones varias me han mantenido un tanto ocupado las últimas semanas, pero prometo recuperar el tono. Mientras tanto, pueden seguir leyendo a un humilde servidor en esa fantástica web que es Basket4us o pasarse por el nuevo blog de mi amigo y excelso escritor Pepe Kubrick en El tirador melancólico.

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